El aguado o podredumbre marrón de los cítricos es la enfermedad más grave a la que se enfrenta esta cultivo en esta época del año. Su mayor incidencia se da en los meses que comprenden desde octubre a mayo a causa de dos factores que condicionan su aparición : la humedad y la temperatura, que influyen en el desarrollo de los hongos de la familia de las phytophthoras. Los meses de mayores precipitaciones, unidos a temperaturas benignas para su época (por encima de los 15ºC) son los de más incidencia de la enfermedad y su mayor propagación, suelen coincidir con octubre y noviembre en nuestra zona. Si a eso unimos tierras de fácil encharcamiento o con una capa freática demasiado alta tenemos las condiciones idóneas para el desarrollo de los hongos.
Los síntomas de la enfermedad en el árbol son falta de vigor, decaimiento de hojas y cierta clorosis (pérdida de coloración en las hojas), en el tronco oscurecimiento de tejidos internos y exudaciones gomosas. En el fruto observaremos una pérdida de color en primer lugar, que dará paso a la aparición de zonas afectadas de tonalidad gris en sus primeros estadios pasando a coloración marrón por la acción necrosante del hongo. Los frutos conforme hayan sido atacados irán desprendiéndose del árbol, pudiendo, a su vez, ir acompañados de hojas caidas que perdieron su coloración.
A la hora de luchar contra el aguado podemos tomar una serie de medidas, tanto preventivas como de control. Dentro de las preventivas debemos empezar con el plantado del árbol, escogiendo un lugar que no encharque y con suficiente luz y ventilación; es importante dejar el injerto bien separado del suelo, dependiendo de la altura del mismo no menos de 15-20 cm; evitar causar heridas al tronco y a las raices al manipularlo antes de la plantación; preparar un buen drenaje en el lugar elegido para colocarlo, un fondo de pequeñas piedras o rocallas nos serviría perfectamente; evitar el contacto directo con materia orgánica sin descomponer, si utilizamos compost casero o abono de granja asegurarnos de que este maduro, sin patógenos y terminada su fermentación. Despues de la plantación evitaremos, en lo posible, encharcamientos, evitando riegos innecesarios (en nuestra zona lo suelen ser casi todos entre octubre y mayo); a la hora de podar ser equilibrados, no dejar demasiada vegetación cerca del suelo y tapar los cortes con fungicidas y/o productos cicatrizantes; no debemos aportar materia orgánica en descomposición cerca del tronco, es muy frecuente en los cítricos rodeados de cesped que despues de cortar el mismo exista la tentación de acumular los restos alrededor de los árboles, esto multiplica las posiblidades de infecciones en un porcentaje muy elevado. Las medidas de control contra el aguado se reducen al uso de fungicidas, al ser un hongo especialmente virulento y difícil de combatir, podemos distinguir entre tratamientos protectores comenzando con las formulaciones a base de cobre (oxicloruro sobre todo), folpet o mancoceb, separados o uniendo dos materias en un tratamiento; dentro de los tratamientos curativos tenemos el fosetil-al, quizá la materia con mejores resultados, y el metalaxil.
Como en todas las plagas y enfermedades es tan importante el diagnóstico para erradicarlas a tiempo y con la menor incidencia sobre los cultivos como un correcto tratamiento. En caso de dudas recomendamos acudir a un especialista que nos asesore y ayude.