Comenzaremos los tratamientos despues de la poda, escogiendo días sin lluvia ni excesiva humedad ambiental, que las temperaturas no bajen de los 7-8º, y con las yemas hichadas a punto de reventar.
En primer lugar daremos un tratamiento a base de cobre, oxicloruro, en forma líquida o con caldo bordelés como variante ecológica. Esto ayudará a prevenir que los hongos penetren en las heridas provocadas por la poda y en las incipientes yemas que están brotando. Tambien podemos añadir un mojante para que su forma oleosa contribuya en su agarre al tronco, o un aceite de parafina que ayudará como mojante y como prevención contra las formas invernales de las plagas, en la variante más ecológica escogeremos jabón potásico.
Como segundo tratamiento podemos optar por repetir el anterior una vez las yemas se encuentran en el estadio previo a la floración o bien añadir a la mezcla un insecticida de contacto, que ayudará a prevenir ataques de los insectos más madrugadores que hayan abandonado su forma invernal.
A la hora de dosificar los productos es importante seguir las pautas que nos hayan dado en nuestra tienda de confianza y escoger los días más apropiados climatológicamente, no demasiado fríos, sin lluvias y sin mucho viento.
Recordar que los tratamientos de invierno son tratamientos preventivos y son un primer paso dentro de una estrategia de protección de nuestros frutales. No debemos descuidar el resto del año el seguimiento de los mismos y estar atentos a cualquier señal de plaga o enfermedad para tratarla en sus primeros estadios.
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